Una sartén de calidad es la clave de un buen resultado culinario. Aunque la calidad de los ingredientes es importante, los utensilios que se utilizan en el proceso a veces es determinante. Elegir sartén, en principio, no parece una decisión difícil, pero en el mercado hay tanta oferta y tantos tipos que en ocasiones acaba convirtiéndose en una utopía elegir la adecuada.
Las más básicas y "todoterreno" son las de acero pulido que, aunque carecen de propiedades antiadherentes, no se suelen pegar ni rallar, pero sí se oxidan si no las secas bien después de lavarlas. Más modernas en el tiempo son las de acero inoxidable. Éstas tienen una base de metal mucho más gruesa que otros modelos, lo que permite una mayor distribución del calor, cocinando la comida de manera homogénea. La desventaja es que tienen un coste un tanto elevado, pero en contra tienes garantía de resultados excelentes.
En la actualidad, las más populares dadas las características de las cocinas actuales, son las de teflón, un material con propiedades antiadherentes y capaz de aguantar elevadas temperaturas. Suelen tener precios bastante económicos, pero debes tener precaución al usarlas ya que son muy sensibles a los materiales metálicos. Remueve la comida con utensilios de madera y evita los golpes bruscos de calor, de lo contrario se levantará el recubrimiento de teflón y la comida se pegará.
Las sartenes de cerámica son la última moda en el menaje de hogar. Hay quien le encuentra parecido con las de teflón, pero lo cierto es que son más resistentes y, por tanto, más duraderas. La base es de metal y el interior de cerámica, lo que permite una mayor rapidez al cocinar los alimentos. Son compatibles con vitrocerámica, inducción y gas y ofrecen una relación calidad-precios que ofrece es muy asequible a todos los bolsillos. Elijas la que elijas, trata de limpiarla adecuadamente, es la clave de su buen estado y larga vida.
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